Wednesday, October 6, 2010

¿Quien controla realmente los mercados financieros ?

Hasta hace poco, las visitas de un primer ministro chino a Bruselas estaban dominadas por el respeto (o no) de los derechos humanos en el gigantesco país asiático. Pero en la decimotercera cumbre bilateral UE-China, que se celebra hoy en Bruselas, las dos partes y, sobre todo, la europea, parecen más preocupadas por evitar una guerra mundial de divisas que aboque a represalias arancelarias y mercados proteccionistas.
La cita, que arranca a las tres de la tarde, es la cuarta jornada consecutiva del líder chino, Wen Jiabao, en Europa, tras su paso por Grecia (el domingo) y su asistencia en la capital comunitaria (lunes y martes) a la octava cumbre eurasiática.
En Atenas, Wen anunció su intención de adquirir deuda pública griega, una señal de confianza en Grecia y en la zona euro que ayer, en Bruselas, le agradeció en persona el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn. Craso error, según Daniel Gros, del Centre for European Policy Studies, "porque lo que está diciendo Jiabao es que el banco central chino continuará interviniendo para fortalecer el euro y eso ¡no es lo que queremos!".
La UE, en cualquier caso, no se conforma con que Pekín utilice los bonos griegos o españoles para diversificar sus inversiones en el extranjero, valoradas en más de 2,5 billones de dólares y concentradas hasta ahora, en gran medida, en títulos estadounidenses.
Europa desea que China también se comprometa a no utilizar esas ingentes reservas en detrimento de ninguna divisa. Y a que acepte una revalorización de su moneda, el yuan o renminbi, bastante más generosa que el 1,7% frente al dólar que Pekín ha tolerado desde junio.
El reequilibrio, según fuentes del Tesoro estadounidense, será discutido este mismo fin de semana (8-10 de octubre) en Washington por los ministros de finanzas y los banqueros centrales del G-20, aprovechando la cumbre anual del FMI y el Banco Mundial. EE UU, como la UE, considera que buena parte de la corrección debe llegar mediante un incremento de la demanda interna en China. Pero Francia quiere ir más lejos durante su próxima presidencia del G-8 y del G-20 (a partir de noviembre). París aspira a establecer algún foro permanente de discusión sobre los tipos de cambio. "Y hasta los chinos aceptan que ese asunto debe plantearse multilateralmente", acoge con cierto optimismo la iniciativa francesa Nicolas Veron, del Instituto de Estudios Bruegel en Bruselas. Pero el mismo analista admite que "no está nada claro cómo se puede convencer a China de que renuncie a la libertad de intervenir en la cotización de su propia moneda".
Fuentes del Consejo Europeo también reconocen que "es muy difícil que un país acepte modificar en su contra el tipo de cambio". Durante su visita en Bruselas, Jiabao sólo ha mostrado su apoyo a una "estabilización" monetaria. Pero Gros cree que esa oferta significa "continuidad y que Pekín fije el ritmo de revalorización del yuan en función de sus propios intereses".
Por Cinco dias.

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